La organización colegial en la provincia de Las Palmas insta al acuerdo entre la patronal y los profesionales sanitarios y advierte de los graves perjuicios que podría ocasionar la falta de diálogo en la negociación del convenio colectivo.
El Colegio de Enfermería de Las Palmas se muestra preocupado por la actual situación de conflicto laboral que se está viviendo en las clínicas y hospitales privados de la provincia, ante la ruptura de las negociaciones para la renovación del convenio colectivo. Con el vencimiento del convenio anterior, en diciembre de 2023, la patronal solicitó la apertura de un nuevo proceso negociador con el que los representantes de los trabajadores esperaban conseguir unas condiciones laborales más dignas y humanizadas, que mejorasen tanto su desempeño profesional como la calidad asistencial que reciben los pacientes en estos centros privados. Sin embargo, después de tan sólo tres encuentros, se produjo una brusca ruptura entre las partes y el comienzo de una serie de movilizaciones convocadas por los sindicatos para los meses de mayo y junio.
Una representación de los trabajadores se reunió recientemente con la vicepresidenta del Colegio de Enfermería de Las Palmas, Julia Jeppesen, para explicar las causas del conflicto y denunciar la “actitud inmovilista” de las empresas del sector. Los trabajadores han puesto encima de la mesa una tabla de mejoras salariales, además de cambios en materia de turnos, permisos y libranzas, de forma que la carga de trabajo y las condiciones laborales se vayan aproximando a las de la sanidad pública. Pero “las empresas –denuncian– no tienen voluntad real de negociar” y “se niegan a ofrecer mejoras pese a los cuantiosos beneficios que les reporta su actividad”. Según los sindicatos, esta situación afecta a unos 15.000 profesionales del ámbito sanitario que desarrollan su labor en las clínicas y hospitales privados de la provincia de Las Palmas, de los que alrededor de 2.200 son enfermeros y enfermeras.
Así las cosas, el Colegio de Enfermería aboga por el entendimiento entre las partes y pide a las empresas del sector que hagan un esfuerzo por recuperar el diálogo. Para la organización colegial, es necesario evitar que el conflicto vaya a más. Un enquistamiento de posturas conduciría a una escalada de movilizaciones que resultaría perjudicial para las empresas y para los trabajadores, pero también y muy especialmente para los pacientes. La prolongación del conflicto en el tiempo podría afectar a la calidad asistencial de estos centros, mermar la confianza de la población y ocasionar un grave daño reputacional a los hospitales privados. Hay que recordar que un porcentaje muy elevado de los usuarios de estos centros proceden de las derivaciones realizadas por la sanidad pública, a través de los acuerdos de concertación que el Servicio Canario de la Salud mantiene con ellos.