El Colegio Oficial de Enfermería de Las Palmas se suma a la campaña nacional para poner fin a una injusticia histórica que está ocasionando la discriminación del colectivo.
El título universitario de graduado en Enfermería tiene los mismos créditos y las mismas horas de clase que otros estudios universitarios como Psicología, Económicas, Físicas, Derecho o Periodismo. Desde el año 2008, en que pasó de ser una diplomatura a un grado, Enfermería es una carrera universitaria del mismo valor que las anteriores y debería otorgar las mismas oportunidades de promoción profesional dentro de la administración pública, pero, en la práctica, enfermeras y enfermeros continúan relegados a una consideración inferior en la escala de niveles de la administración pública.
Una injusticia histórica que el Consejo General de Enfermería se ha propuesto revertir a través de una campaña de concienciación ante los poderes públicos, a la que se suma el Colegio Oficial de Enfermería de Las Palmas (CELP). La situación actual es tan paradójica que impide a una enfermera asumir la dirección de una zona básica de salud, por ser considerada subgrupo A2, pero permite que un economista, un abogado o un psicólogo, pertenecientes todos al subgrupo A1, puedan optar a ese puesto, aún atesorando una formación en el ámbito sanitario muy inferior a una enfermera.
El CELP reclama a la administración canaria que incluya a los titulados en Enfermería en el subgrupo A1, corrigiendo así la discriminación profesional y salarial a la que está siendo sometido el colectivo enfermero. Esta medida les facultaría para optar a posiciones de gestión y dirección dentro del sistema sanitario, rompiendo así el techo de cristal que en la actualidad sufre la profesión.
Para el CELP no tiene sentido seguir limitando el desarrollo profesional de la enfermería, máxime cuando a lo largo de los meses de pandemia se ha demostrado con creces la importancia de las enfermeras como la mayor fuerza de trabajo del sistema de salud. Se trata de profesionales que tienen en sus manos la vida de sus pacientes, altamente considerados por el conjunto de la sociedad y que, desde la perspectiva de los cuidados, la prevención y la administración de medicamentos, resultan esenciales para la salud de las personas. Demuestran, día tras día, que están preparados para asumir las máximas responsabilidades de gestión en cualquier institución.
El Consejo General de Enfermería denuncia el anacronismo de la administración española, al no haber adaptado su organización interna a la realidad actual de las titulaciones universitarias. Han pasado ya casi 15 años de la reestructuración de los estudios universitarios en enfermería y la administración pública no puede seguir degradando a los graduados en enfermería como si fueran universitarios de segunda división. Por eso reclama el apoyo de la sociedad para poner fin a esta situación.